decir acerca del gozo en una o más de sus diferentes formas. El Evangelio de Lucas es, por excelencia, el Evangelio del gozo, en tanto que la carta de Pablo a los Filipenses, aun cuando fue escrita en la cárcel es la epístola del gozo. En la literatura juanina se hace hincapié en la plenitud de gozo (ver, v.gr., Juan 17:13; 1 Jn. 1:4). 1 Pedro enseña del gozo en el sufrimiento (1 Ped. 3:14; 4:13, 14). El gozo de una religión práctica lo demuestra Santiago en su epístola (ver, v.gr., Stg. 1:25). El
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